Recuerdo haberme hecho esa pregunta cuando comencé el posgrado, recuerdo
haber dicho “¿tengo clase sólo 4 días por un rato? ¿qué hago con el resto del
tiempo?”, me gustaría saber ahora a dónde fue a parar ese tiempo, estas 4
materias han sido la experiencia más absorbente a la que me haya sometido, fíjense
en la redundancia que voy a cometer: yo pensé que antes pensaba, pero no, este
cerebrito tenía tiempo que no se enfrentaba a tales retos, ahora paso noches en
vela y no tienen que ver con juegos en línea ni maratones de programas de TV,
estoy desactualizada con la farándula, no sé quien salió mal vestida esta
semana, no sé que relaciones terminaron en Hollywood, no sé cual es el último
comentario inconcebible de algún político venezolano, es más, no sé cuál es el
político “sopita” del momento.
Mis 4 materias parecen y son repetitivas, pero han logrado que ya no sepa
ni en que día de la semana me encuentro, ya no digo “el jueves pasado”, ahora
digo “el día que entregamos el proyecto tal”, jamás en mi vida había pasado
tanto tiempo en una biblioteca, mucho menos un domingo! Pero ahora es algo casi
natural.
A pesar del cansancio debo admitir que me alegra que este sea el caso,
hubiese sido definitivamente decepcionante viajar tan lejos a hacer algo que no
representase reto alguno, no les voy a decir que no hay cosas que no le
cambiaría al posgrado, porque además uno siempre está inconforme con alguna
cosa, es nuestra naturaleza, pero definitivamente es bueno tener la mente “al
trote” de vez en cuando, que no se diga que esta materia gris no se está
ejercitando.
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