Cuando un
venezolano decide hacer vida en otro país generalmente pasa una de estas cosas,
o se desentiende por completo de lo que ha dejado atrás o desarrolla más
arraigo por su tierra. Ninguna de las dos cosas es más válida que la otra,
simplemente son realidades distintas, maneras de afrontar su nueva situación de
vida.
Les voy a
contar de un grupo de venezolanos que son ejemplo del segundo caso, en
Melbourne he tenido la oportunidad de conocer a muchos compatriotas que orgullosamente
se identifican con su país y no pierden oportunidad para sacar una bandera.
Es evidente
que quien se va de su país es porque busca algo distinto, bien sea un tema de
seguridad, estilo de vida o simple aventura, no sería del todo sincero decir
que te vas por una causa política, o que no estás en desacuerdo con algunos
aspectos de tu idiosincrasia.
Lo que he
podido ver en el poco tiempo que tengo aquí, es un grupo de gente que si bien se
ha adaptado muy bien a su nuevo lugar de residencia, sigue extrañando su país natal,
quizá no como el sitio mas idóneo para la cotidianidad, pero si como un ideal
de sentido de pertenencia; gente que trata de promover lo más positivo de su
cultura, a través de la música, la comida, el deporte, las tradiciones o su
forma de ser.
¿Por qué
ese deseo ahora de ir a votar? ¿Por qué no desentenderse? Porque hay cosas en
tu vida como inmigrante que te unen diariamente a Venezuela, las llamadas, las
videoconferencias en Skype, el twitter, las páginas de noticias, las cadenas
alarmistas del blackberry, las comparaciones de “igualiiito que en Venezuela”,
etc.
Votar es la
acción que te permite sentir que estás dando tu opinión en la gerencia de un país
que no es solo tuyo, sino de los familiares y amigos con los que hablas
siempre, a quienes les escuchas los cuentos de “no vas a creer lo que pasó
ahora” o “te enteraste de lo que dijo fulano?”. Es como la llamada anual que le
haces a alguna tía para felicitarla por su cumpleaños, que le demuestra que
sabes que sigue ahí y que te acuerdas de ella aún y cuando no la visites
frecuentemente.
Muy en lo
personal considero que votar es uno de esos privilegios que vale la pena
utilizar, es mucho más efectivo que tomar parte en situaciones conflictivas por
diferencias de ideales y definitivamente mucho más efectivo que quejarse frente
a un televisor. No todos los países del mundo tienen elecciones directas, de
hecho, no todos tienen elecciones, aprovecha que el tuyo sí y expresa tu opinión
de una forma válida.
Si estas en
Australia espero verte en Canberra este 7 de octubre, y si no, espero ver tu típica
foto en facebook o twitter con el meñique morado diciendo “ya voté!”.
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