¿Ustedes saben
cuánto tiempo tenía yo que no me robaban? Hace uuuuuffffffff…..
A mi
afortunadamente nunca me han asaltado a mano armada ni en ninguna situación de
confrontación, espero que la racha se mantenga por supuesto; pero que me
abrieran el bolso y me tumbaran algo si era una cosa rutinaria. Por muchos años
los carteristas tuvieron una fijación con mis calculadoras, me robaron como 6,
yo me imagino que se notaba que ni las sabía usar y ellos le habrán dado mejor
uso.
Vueltos en los
bolsillos de las carteras? Tumbados!
Aparatos
electrónicos en la casa? Tumbados!
Chaquetas en
mostradores de banco? Tumbadas!
Artículos
olvidados en alguna feria de comida? Tumbadísimos!
Lo que si me ha
pasado es que se me acercaba alguien dudoso a decirme “que fue mami? Tienes ahí
pa’ completar el pasaje?”…. y uno le da lo que tenga en el bolsillo porque es
preferible no averiguar si ese hombre necesitaba pasaje o tenía alguien que le
diera la cola.
Pero resulta que
de este lado del mundo la cosa es más relajada, la gente te avisa cuando se te
cae algo, nadie toca tu cartera, los departamentos de “objetos perdidos” no son
un mito, son de hecho un sitio donde hay cosas esperando por su dueño, la
cartera no tiene que estar soldada a tu hombro, ni se te acalambra el brazo de
tanto resguardarla.
Sin embargo! He
sido víctima de un miserable! Aquí entre nos yo creo que fue un tema de
enseñarme una lección, lo cierto es que mi bolso estaba en una esquina donde no
lo tenía del todo vigilado.
Ahora bien, ¿por
qué digo que hubo ensañamiento?, porque el condenado ladrón se ha dado a la
tarea de revisar cada bolsillo de mi cartera para llevarse cada moneda! Incluso
las de 5 centavos que no acepta ninguna máquina! Y lo peor, lo que demuestra lo
miserable del personaje, me ha robado hasta la tarjeta del metro!!!! Por
cierto, ojala lo uses y te multen porque eso no tenía nada de plata, capaz y
estaba hasta en negativo. Lo que le faltó fue comerse unas galletas que tenía,
a lo mejor no eran de su gusto, mala mía no pensar en quien pudiera estar
necesitando galletas.
En fin querido
amigo a amiga, espero que hayas usado mi plata en algo productivo, a lo
mejor te compraste unos traguitos con eso y la pasaste buenísimo. Espero no me
juzgues por esperar que te de por lo menos un ratoncito, una ligera indigestión
o una diarreíta, nada dramático, sólo un llamadito de atención para que lo
recuerdes la próxima vez que te confundas de cartera y te lleves la plata de
otro.
Mis cariños para tu mamá!