lunes, 22 de octubre de 2012

Y el queso que había en la mesa también se lo comió!


¿Ustedes saben cuánto tiempo tenía yo que no me robaban? Hace uuuuuffffffff…..

A mi afortunadamente nunca me han asaltado a mano armada ni en ninguna situación de confrontación, espero que la racha se mantenga por supuesto; pero que me abrieran el bolso y me tumbaran algo si era una cosa rutinaria. Por muchos años los carteristas tuvieron una fijación con mis calculadoras, me robaron como 6, yo me imagino que se notaba que ni las sabía usar y ellos le habrán dado mejor uso.

Vueltos en los bolsillos de las carteras? Tumbados!  

Aparatos electrónicos en la casa? Tumbados!

Chaquetas en mostradores de banco? Tumbadas!

Artículos olvidados en alguna feria de comida? Tumbadísimos!

Lo que si me ha pasado es que se me acercaba alguien dudoso a decirme “que fue mami? Tienes ahí pa’ completar el pasaje?”…. y uno le da lo que tenga en el bolsillo porque es preferible no averiguar si ese hombre necesitaba pasaje o tenía alguien que le diera la cola.

Pero resulta que de este lado del mundo la cosa es más relajada, la gente te avisa cuando se te cae algo, nadie toca tu cartera, los departamentos de “objetos perdidos” no son un mito, son de hecho un sitio donde hay cosas esperando por su dueño, la cartera no tiene que estar soldada a tu hombro, ni se te acalambra el brazo de tanto resguardarla.

Sin embargo! He sido víctima de un miserable! Aquí entre nos yo creo que fue un tema de enseñarme una lección, lo cierto es que mi bolso estaba en una esquina donde no lo tenía del todo vigilado.

Ahora bien, ¿por qué digo que hubo ensañamiento?, porque el condenado ladrón se ha dado a la tarea de revisar cada bolsillo de mi cartera para llevarse cada moneda! Incluso las de 5 centavos que no acepta ninguna máquina! Y lo peor, lo que demuestra lo miserable del personaje, me ha robado hasta la tarjeta del metro!!!! Por cierto, ojala lo uses y te multen porque eso no tenía nada de plata, capaz y estaba hasta en negativo. Lo que le faltó fue comerse unas galletas que tenía, a lo mejor no eran de su gusto, mala mía no pensar en quien pudiera estar necesitando galletas.

En fin querido amigo a amiga, espero que hayas usado mi plata en algo productivo, a lo mejor te compraste unos traguitos con eso y la pasaste buenísimo. Espero no me juzgues por esperar que te de por lo menos un ratoncito, una ligera indigestión o una diarreíta, nada dramático, sólo un llamadito de atención para que lo recuerdes la próxima vez que te confundas de cartera y te lleves la plata de otro.

Mis cariños para tu mamá!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gaby lo siento mucho. Pero te recomienod que no lo cuentes porque habra mas de un Venezolano que te diga "a mi nunca me ha pasado".

Un besote del Maracucho Alberto